LA ONCE Y SU FUNDACIÓN, ABIERTAS AL MUNDO
Un modelo de inclusión social que se extiende a Europa y América Latina
La ONCE, transcurridos 75 años desde su creación,
avanza en pleno siglo XXI en su labor de inclusión social de las personas
ciegas y con otra discapacidad, impulsando el empleo y la economía social, y
extendiendo su trabajo a América Latina y la Unión Europea, entre otros lugares
del mundo, que valoran un modelo económico y social sostenible, solidario y generador de riqueza para toda la sociedad,
especialmente, para millones de personas con discapacidad. Esto le ha valido el
reconocimiento legal de organización singular de economía social, caracterizada
en su actividad social, económica y empresarial por los principios y valores de
la solidaridad, la ausencia de ánimo de lucro y el interés general.
La tarea de eliminación de barreras, formación e
intermediación laboral de la Fundación ONCE para la Cooperación e Inclusión
Social de Personas con Discapacidad -que cumple 25 años-, se convierte en
complemento perfecto a la labor de una Organización decidida a que las personas
con discapacidad suban al tren de la modernidad, las nuevas tecnologías, el
diseño para todos y la accesibilidad universal, absolutamente necesarios en
estos tiempos de globalización.
Como operador de juego de reconocido prestigio sujeto
a un estricto control público, y comprometido con la gestión del juego
responsable como principal fuente de ingresos, la ONCE junto con su Fundación
representan un modelo único de integración, solidaridad y prestación de
servicios cada vez más especializados, que superan fronteras. La Organización
tiene un papel activo en más de 25 estados, además de los vecinos comunitarios:
trabaja en proyectos de educación y empleo en 19 países latinoamericanos;
participa en las decisiones de la Unión Europea; es miembro e impulsor de la
Unión Mundial de Ciegos; conforma el Foro Europeo de la Discapacidad; trabaja
en el Comité de Expertos de la ONU sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad, donde una mujer ciega española ejerce la vicepresidencia; además
de tener presencia en muchos otros foros.
Los datos que confirman el trabajo de la ONCE fuera de
nuestras fronteras son rotundos: 121.684 niños con discapacidad visual grave
escolarizados en América Latina en los últimos cuatro años; 52.133 adultos
ciegos formados para el empleo, muchos de ellos trabajando, lo que les permite
pasar de vivir ocultos, apartados y olvidados, a ser en algunos casos el único sustento de su
familia; todos los niños ciegos de los campamentos saharauis escolarizados;
centros de producción de material educativo en la zona de la guerra de los
Balcanes; impulso a la discapacidad en Túnez, tras la primavera árabe; mejora
de la accesibilidad en países como Uruguay, Costa Rica o Ecuador; o más de 15
años incorporando en las directivas comunitarias avances en transporte
accesible, empleo o educación para 80 millones de ciudadanos europeos con
discapacidad.
El modelo de inclusión social de la ONCE y su
Fundación se extiende por el mundo para lograr la plena autonomía de las
personas con discapacidad, pero también para garantizar su visibilidad, que
debe partir de la convivencia diaria con el conjunto de la ciudadanía.
PROYECCIÓN
INTERNACIONAL
La ONCE ha desarrollado en las últimas décadas una
decidida proyección internacional cuyo primer bastión es su Fundación para la
solidaridad con las personas ciegas de América Latina (FOAL), que nació en
1998. Sin embargo, desde principios de los años 80 del pasado siglo, existía en
la ONCE el compromiso solidario de colaboración con los ciegos de América
Latina. Entonces optaron por poner en marcha acciones de carácter asistencial
dirigidas a ciegos de América Latina, que luego derivarían en un “Fondo de
Cooperación con Iberoamérica”, germen de la creación, en 1998, de la FOAL, un
ambicioso proyecto de promoción educativa y laboral de los ciegos
latinoamericanos y de consolidación de su movimiento asociativo.
Las máximas aplicadas en España con el modelo de la
ONCE y su Fundación saltan así barreras y comienzan a aplicarse en 19 países de
América Latina:
·
Educación
mediante dotación de materiales, programas de acción educativa, preparación de
profesorado y diseño de centros de referencia (en la actualidad funcionan 10
centros en Costa Rica, Chile, Ecuador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá,
Paraguay, República Dominicana y Perú), han permitido en los últimos cuatro
años, beneficiar a 121.684 escolares ciegos.
·
Formación
y empleo, con cursos, talleres y prácticas (en 14 países y con la colaboración
de entidades públicas y privadas), que les ha permitido en cuatro años llegar a
52.133 personas, de los que muchos han logrado un empleo y han pasado de ser
ocultados en sus casas, apartados y casi olvidados, a convertirse en el centro
de la familia y, en muchas ocasiones, su único sustento. Como ejemplo, en Guatemala un país pequeño,
800 personas con discapacidad visual encontraron empleo en un año con el
programa Ágora impulsado por la ONCE.
Todas estas labores las lleva a cabo ONCE y su Fundación
sin olvidar fortalecer el asociacionismo de las personas ciegas y también con
otras discapacidades, para impulsar así otra máxima de la Organización: “nada
para las personas con discapacidad sin las personas con discapacidad”, de
manera que se escuche su voz. Un ejemplo muy reciente ha sido el logro -gracias
al impulso de la ONCE, el Cermi y el Gobierno español- de conseguir que la
última Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno Iberoamericana, celebrada en
Cádiz en octubre de 2012, declarase 2013 como Año Iberoamericano del Empleo de
Personas con Discapacidad, lo que redundará en beneficio de muchas personas con discapacidad de esos
países.
Como valor añadido a la labor de la ONCE hay que
destacar la tarea de implicación de las respectivas Administraciones nacionales
en los países donde opera FOAL, así como de otros importantes colaboradores,
entre los que destaca la Agencia Española de Cooperación Internacional para el
Desarrollo (AECID). Fruto de este trabajo de implicación de terceros, FOAL
estima que, por cada euro que invierte la ONCE en la región, consigue otros dos
provenientes de diferentes donantes benéficos y gobiernos locales, lo que
dinamiza las acciones y las acerca a cada lugar.
LABOR EN LA UE
Pero la internacionalización del modelo social de la
ONCE y su Fundación no ha sido sólo hacia América Latina sino que, cada vez
más, salta fronteras e impulsa iniciativas. La otra gran vertiente de
participación internacional de la ONCE y su Fundación es su alianza con las
instituciones europeas desde el año 2000, muy especialmente por su
convencimiento de que el empleo (y la consiguiente formación previa) es la
mejor vía para lograr la plena realización e inclusión social de las personas
ciegas y con otros tipos de discapacidad. Una tarea que abordan, con un
espíritu compartido con sus “compañeros de viaje” europeos, desde enfoques
innovadores en los que ha adquirido un gran peso específico la consideración de
las nuevas tecnologías inclusivas como herramienta de integración.
En este contexto, la ONCE y su Fundación se han
convertido en actores relevantes en el diseño y defensa de la nueva Estrategia
Europea de Discapacidad, que vincula y enmarca sus propuestas en la llamada
Estrategia UE2020, cuyo principal objetivo es alcanzar un crecimiento inteligente,
sostenible e integrador, con un marco en el que destacan ya a nivel comunitario
iniciativas pioneras de la Organización en materia de empleo, formación, e
I+D+i, así como la eliminación de todo tipo de barreras mediante la defensa del
diseño para todos; y de los valores de igualdad y plena ciudadanía para su
colectivo, en el empeño por la consecución de una sociedad más justa y
solidaria.
La ONCE lleva más de 15 años trabajando para que todas
las directivas comunitarias tengan en cuenta a las personas con discapacidad,
con logros destacados en transporte adaptado, acceso a la cultura,
accesibilidad o inclusión educativa y laboral de estas personas. La ONCE y su Fundación Están muy presente y
activas en la nueva Estrategia Europea sobre Discapacidad (2010-2020), con un
compromiso renovado de hacer de Europa un continente para todos, además de
impulsar que los Fondos Estructurales sigan generando en todos los países,
iniciativas de empleo, formación y accesibilidad similares a las acometidas en
España.
De hecho, en el último año los dos comisarios europeos
que han visitado España, el francés Michel Barnier (Mercado Interior y
Servicios) y el húngaro László Andor (Empleo, Asuntos Sociales e Inclusión),
hicieron un hueco en sus agendas para conocer el modelo singular de la ONCE y
su Fundación. Tras la visita, el comisario de Empleo, Asuntos Sociales e
Inclusión puso como ejemplo de gestión de los fondos estructurales en la
generación de iniciativas de empleo para personas con discapacidad a la
Fundación ONCE, conocedor de los más de 40.000 empleos (el 45% para mujeres)
impulsados desde el año 2000 por Fundación ONCE gracias a la gestión de estos
fondos de una forma ejemplar.
Además, desde la ONCE y su Fundación se aportan
estrategias y reivindicaciones a la futura Ley Europea de Accesibilidad, o más
recientemente, se mira hacia España para impulsar iniciativas como la
contratación pública socialmente responsable,
también favorecedora de la accesibilidad, tanto por el impacto de su
materialización en el conjunto de las administraciones públicas como en su
misión de referente e inspiración para las empresas privadas.
En el ámbito más solidario, la ONCE y su Fundación
extienden iniciativas educativas a puntos de Europa que han resultado afectados
por conflictos bélicos, como la zona de los Balcanes –donde un equipo de
impresión en Braille y la formación de profesionales generan un centro de
recursos educativos-
Existe presencia de la ONCE y su Fundación en África,
por ejemplo en los campamentos saharauis, único lugar de ese continente donde
todos los niños ciegos están escolarizados gracias a proyectos educativos de la
Organización. También se trabaja en iniciativas culturales en Marruecos o de
empleo e inclusión en Túnez.
Finalmente, a nivel global la ONCE ha colaborado muy
activamente con Naciones Unidas para la puesta en marcha de la Convención en
favor de los derechos de las personas con discapacidad (una mujer ciega
española es vicepresidenta de esta convención), así como con el Gobierno
español, para su posterior refrendo por nuestro país.
En definitiva, la ONCE y su Fundación han conformado
un modelo de inclusión social de la discapacidad único en el mundo, del que
muchas veces no se es consciente hasta que alguien desde fuera lo recuerda. Un
claro ejemplo ha sido la concesión a España este año del prestigioso Premio
Internacional Franklin D. Roosevelt Disability Rights, conocido como el “Nobel”
de lo social, o las solicitudes de colaboración por parte de países como Corea
del Sur, China o los países Nórdicos,
entre otros, para la aplicación del modelo de inclusión que lidera la ONCE y su
Fundación.
Es un modelo abierto al mundo que de hecho, ya trabaja
en más de 50 estados para lograr no sólo la autonomía de las personas con
discapacidad, sino para mantener su permanente visibilidad social y su
convivencia diaria con el conjunto de la ciudadanía, de la que forman parte.
DE LO ASISTENCIAL A
LO INCLUSIVO: UNA ARRIESGADA APUESTA
Desde la celebración de su primer sorteo -el 8 mayo de
1939-, el popular “cupón pro-ciegos” de la ONCE” ha sido el motor y el alma de
este gran proyecto social, que empezó con una intención más asistencial –que
marcaban los tiempos- y ha concluido con una apuesta por la inclusión desde los
derechos.
El cupón y el resto de modalidades de lotería de la
ONCE han sido y son fuente de sus
ingresos para llevar adelante su diversa
labor social, constituyendo además un rotundo ejemplo de integración laboral, ,
de sus propios afiliados y de personas con otros tipos de discapacidad al
emplearlos como agentes vendedores. Esta
circunstancia además de permitir la emancipación económica de estas personas,
ha logrado su permanente visibilidad y su convivencia diaria con el conjunto de
la ciudadanía española, como no ha conseguido hacerlo el colectivo de personas
con discapacidad en ningún otro país del mundo.
Hoy, en torno a 20.000 vendedores de la Organización
siguen llevando por las calles de pueblos y ciudades “la ilusión de todos los
días”. Esta realidad actual no es sin embargo, comprensible, ni debería ser
objeto de interpretación, sin valorar la determinación de aquellos afiliados
fundadores de la Organización que rechazaron la posibilidad de la “benéfica
pensión” porque decidieron vivir en pie de igualdad con el conjunto de la
ciudadanía.
Aquella dura y arriesgada apuesta es hoy, tres cuartos
de siglo más tarde, una realidad comercial respetada por su profesionalidad,
por su capacidad de transformación ante las nuevas circunstancias del mercado
del juego. La ONCE ha sabido plantar
cara a esa deriva competitiva y defender, la estabilidad laboral de más de de
20.000 vendedores de sus loterías en España, todos ellos personas con
discapacidad.
Complementariamente, la ONCE ha creado su propia
Corporación Empresarial (CEOSA), un grupo de empresas con representación en
sectores tan diversos como la seguridad , la limpieza, los servicios
integrales, el turismo, los seguros..., que apuesta por la rentabilidad para
diversificar las fuentes de ingresos de la Organización, al tiempo que
contribuye activamente a la integración laboral de trabajadores con
discapacidad y que es considerada hoy por hoy como una de las grandes
corporaciones de empresas españolas.
En materia de Servicios para sus afiliados, la ONCE ha
sabido acomodarse también al devenir de los tiempos hasta abrir una panorámica
de atenciones individualizadas que van desde el asesoramiento genético; la
atención temprana de los niños con grave discapacidad visual y su inmersión en
la escuela inclusiva junto al resto de compañeros y compañeras de su entorno;
la formación y la intermediación para el empleo; la rehabilitación para la vida
diaria; el asesoramiento para el mejor aprovechamiento (cuando existe) del
resto visual ; la formación tecnológica; la asistencia social directa cuando
ésta se requiere; la atención a los mayores mediante actividades, cursos,
talleres, turnos de vacaciones sociales, etc.
Hay que tener en cuenta otra serie de acciones por
parte de la ONCE Y su Fundación que completan de algún modo el círculo de
atención a las más de 70.000 personas ciegas que viven en España y que
ha merecido la consideración internacional como institución modelo en la
prestación de servicios. Entre ellas se encuentran:
·
La
puesta en marcha en 1990 de la Fundación ONCE del Perro-Guía (FOPG),
·
La
promoción del Voluntariado en tareas de apoyo y acompañamiento a las personas
ciegas
·
La
puesta en marcha en 2007 de la Fundación ONCE para la Atención a Personas con
Sordoceguera (FOAPS), plataforma pionera en el mundo en la atención de este
colectivo, tan poco conocido como necesitado de apoyo por sus limitaciones para
su inclusión educativa, laboral y social.
Es imposible encontrar otro país en el que sea
comparable el nivel de atención a la persona con discapacidad visual desde su
nacimiento y hasta sus últimos días como el que la ONCE presta a sus afiliados
en España.
La ONCE ha demostrado no tener vocación endogámica, ni
en sus años fundacionales en los que ya contó entre su colectivo de vendedores
del cupón con numerosas personas afectadas por algún tipo de discapacidad
distinta de la ceguera, ni en la actualidad.
El principal exponente de ese compromiso solidario es
-como queda dicho- la Fundación ONCE para la Cooperación e Inclusión Social de
Personas con Discapacidad, creada en 1988. Una entidad que, en este periodo,
financiándose con el 3% de las ventas brutas de los juegos de la ONCE, ha
generado más de 80.000 empleos para personas con discapacidad y que ha
contribuido a una profunda transformación del perfil de nuestro país ya que n
este cuarto de siglo se ha consagrado a una intensa y reconocida labor en dos
ámbitos fundamentales:
·
La
formación e inclusión laboral de personas con discapacidad (sólo en 2012 sus
cursos beneficiaron a 7.300 personas y generó o intermedió en unos 4.200 nuevos
empleos)
·
La
eliminación de todo tipo de barreras (tarea para la que el pasado año
comprometió y apoyó económicamente 27 grandes convenios en todo el país y para
la que ha presupuestado invertir más de 76 millones de euros en 2013).
La Fundación ONCE en 1989 creó en paralelo, el grupo empresarial Fundosa, centrado en la
integración laboral desde criterios de rentabilidad y que factura en la
actualidad en torno a 300 millones de euros anuales, con una plantilla de cerca
de 9.000 personas, cifra que casi se duplica si se tiene en cuenta las empresas
en las que participa, siendo más del 70 por 100 de su masa laboral personas con
discapacidad.
AL LADO DE LA
CIUDADANÍA
Con todo ello, la ONCE y su Fundación se han granjeado
una de las más elevadas valoraciones de la sociedad española, basada en la
confianza en la labor que realizan.
Su carácter de organización inclusiva de las personas
ciegas y de comprometida solidaridad con el conjunto de quienes tienen algún
tipo de discapacidad le ha hecho valedora de un general reconocimiento, que se
confirma en cada una de las encuestas y rankings de valoración social en
nuestro país.
La sociedad española refrenda su “complicidad” con la
aventura de la ONCE, que va a cumplir con pleno éxito y contra todo pronóstico
tres cuartos de siglo, con su opinión reiteradamente testada, y con el simple y
modesto gesto de acercarse a uno de sus vendedores y adquirir uno de sus
productos de juego.
Entre sus valores distintivos, la ONCE enarbola además
uno especialmente importante en estos tiempos de crisis y de generalizado
pesimismo, como es el de la respuesta en positivo, ante la adversidad. “Todos,
en alguna ocasión de nuestra trayectoria, hemos superado situaciones adversas,
y ello ha sido posible gracias a la fortaleza y la energía que emerge de las
personas, verdadero motor de organizaciones, empresas y de la sociedad en
general”, ha expresado recientemente Miguel Carballeda, presidente de la ONCE y
su Fundación al contraponer la crisis actual con la dramática situación en que,
en diciembre de 1938, nació la Organización Nacional de Ciegos.
Junto a esta lectura racional, pero en positivo de la
realidad y sus dificultades, ONCE y su Fundación reivindican especialmente en
este año 2013 -en el que cumplen, sus primeros 75 y 25 años de vida, respectivamente-
el valor de la ilusión. La misma ilusión que empujó a un grupo de ciegos en la
España de 1938 a conseguir que se creara una organización que les abriese el
camino de la libre ciudadanía, de la plenitud de derechos sin depender de un
subsidio sino del propio trabajo, y así llevar una vida activa y participativa
en todos los ámbitos de convivencia.
Ese espíritu materializado en tantas iniciativas
impregna la lectura en positivo con que ONCE y su Fundación afrontan, desde la
lógica preocupación, la situación de crisis que en el último lustro ha lastrado
nuestra realidad social y la de la gran mayoría del mundo occidental. De este
modo, la ONCE reivindica y defiende la multitud de realidades existentes. Tal
actitud, y la seriedad y continuidad de su proyecto, le han valido a la
Organización ser distinguida con su incorporación al proyecto “Marca España”. (www.marcaespaña.es).
ONCE y su Fundación han sido igualmente elementos
constitutivos y activamente dinamizadores del movimiento español de personas
con discapacidad, aglutinado en torno al Cermi (Comité Español de
Representantes de Personas con Discapacidad); la Confederación Empresarial
Española de la Economía Social (CEPES); o la recién constituida Plataforma del
Tercer Sector, todo ello convencidos de la necesidad de dar fuerza y voz a la
sociedad civil organizada.
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